Entrevista a la profesora Natascha de Cortillas

En su participación en el Coloquio transdisciplinar de arte y ciencias sociales “Calle. Investigaciones en curso” -realizado entre los días 20 al 22 de agosto de 2013- en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile

A sus dos años de estudios formales en arquitectura y a la Maestría en Arte Urbano que cursó en la UNAM, en México, se remonta Natascha de Cortillas al preguntarle por el contexto en que comenzó a desarrollar sus propuestas artísticas en el espacio público, periodo en el que tomó “conciencia de la noción de espacio así como de la incorporación del espacio público como elemento constituyente del trabajo”, dice esta artista y docente de la Universidad de Concepción que fue invitada a participar en una de las mesas programadas en el marco del Coloquio transdisciplinar de arte y ciencias sociales Calle. Investigaciones en curso que, organizado por el Departamento de Artes Visuales y por el Laboratorio Transdisciplinar en Prácticas Sociales y Subjetividad (LaPSoS), se realizará este 20 y 22 de agosto en la sede Las Encinas de la Facultad de Artes.

“Hay un proceso en el devenir de la obra que va pidiendo y exigiendo un espacio de existencia en función de sus necesidades por sobre otros, una decisión política respecto de la construcción de un contexto de obra, donde el autor desaparece como figura central y el ejercicio práctico de la obra se elabora con la colaboración del otro”, agrega esta artista que ha desarrollado una serie de intervenciones públicas centradas en la comida, proyectos culinarios que “van desde acciones performáticas públicas en las que sirvo comida en la calle, utilizando la fotografía, el video y la instalación como registro de soporte visual, donde la presencia del acontecimiento a través de intervenciones culinarias son el hilo conductor al trabajo artístico y permiten movilizar los discursos territoriales y sus representaciones visuales”, dice al respecto.

Natascha, ¿a qué respondió la decisión de comenzar a trabajar con comida?
Como todo proceso de creación, estuvo lleno de encuentros, aciertos y desaciertos, tanto en sus búsquedas conceptuales como visuales. Resulta que se me invitó a participar de la convocatoria de Intervenciones de Espacio Público en la V Bienal del Mercosur en Porto Alegre el 2005, donde se fue gestando la idea del intercambio, trueque o regalo como vía de contacto entre dos territorios de condiciones culturales diferentes. En ese contexto, el alimento me permitía marcar con fuerza la metáfora contenida en un continente (contenedor), donde, en ese caso específico, la cazuela era la mezcla perfecta de ingredientes locales y regionales para realizar el cruce conceptual.

¿Cuál es la distinción que estableces entre espacio público y calle?
Es una co-pertencia necesaria si se entiende el espacio público como el espacio democrático de una comunidad, donde este espacio ejerce la posibilidad de encuentro y de bien común entre sus habitantes. Por ende, es una cuestión organizacional, estructurada y organizada perteneciente a la esfera de la institucionalidad. En ella el lugar, el que referencia al campo simbólico y emotivo de sus paseantes, da cuenta de la calle, un espacio en constante construcción e interacción, ligado a las esferas de sentido y habitabilidad. El trabajo culinario instalado en la calle busca justamente fortalecer este cambio de significación íntima desde la casualidad de encuentro.

¿Cómo ha ido variando Concepción como escenario para este tipo de prácticas artísticas?
A inicios de los 2000, Concepción se reencontró con muchos artistas locales que volvían de diversos viajes de estudio y pasantías en diferentes lugares latinoamericanos, transformando las dinámicas locales de producción con un marcando interés local. Este punto de inflexión permitió una expansión de prácticas artistas que se han ido consolidando en estos ya 15 años y que exigen y necesitan, desde su origen, la interacción con el espacio exterior, puesto que los espacios formales de exposición, que son reducidos, no siempre satisfacían las búsquedas de los artistas. A esto se suma una crítica que se empieza a construir junto a los medios como una forma de difusión y registro.

¿Y qué es lo que hoy está sucediendo en esa ciudad y sus alrededores?
Hoy se puede observar una diversidad de colectivos que se encuentran tanto en las generaciones de los 80 y 90 como en las que se van consolidando a partir de sus prácticas particulares y con la Escuela de Arte de la Universidad de Concepción. Esta escena desarrolla dinámicas de colaboración entre las diversas disciplinas que fortalecen la discusión transdisciplinar, junto a lo que habría que mencionar la producción editorial que ha ido tomando conciencia en el registro y carácter documental.

Y, por último, ¿qué fue lo que los motivó conmemorar los 40 años del golpe con intervenciones en el espacio público, en el marco de la convocatoria 40 años/40 acciones?
Hay un interés político de carácter simbólico que nos invita a conmemorar una fecha como ésta. A ello se suma el que nosotros, como artistas, tendremos la oportunidad de exponer nuestra mirada en la que, más que hacer un acercamiento anecdótico o descriptivo respectos de los hechos y causas que rodean al golpe militar, nos interesa cuestionarnos el por qué de estos acontecimientos y problematizar algunas posibles respuestas. Y en ese contexto, trabajar en la ciudad y específicamente en los lugares específicos donde sucedieron acontecimientos de resistencia o represión, nos permite hacer foco y comunicar los micro y macro relatos existentes.
Natascha de Cortillas estará el martes 20 de agosto, a las 14:30 horas, en la mesa Performatividades callejeras del Coloquio transdisciplinar de arte y ciencias sociales “Calle. Investigaciones en curso”, instancia en la que compartirá con Mauricio Barría y José Llano.

Texto: Isis Díaz López / Periodista Facultad de Artes, Universidad de Chile

http://www.uchile.cl/noticias/93810/natascha-de-cortillas-y-el-arte-publico-penquista-en-coloquio-calle